El scrabble tiene su ritmo


Viniste pues a Cali, y lo vas a disfrutar 
siete ríos, farallones, un valle y gente espectacular
su voluptuosidad es tal, 
que reinventamos la forma de bailar 
y si de letras se trata, nuestro vocabulario no tiene par:

Si te da sueño en la tarde, te echás un motoso
luego tomás jugo de borojó, afrodisiaco y delicioso
sin olvidar el champús, bien frío y con bastante lulo 
para bailar por la noche, sin dejar de mover el...

Para jugar scrabble, no hace falta hacer chancuco
porque aquí no hay morrongos, somos honestos, como los vallunos en Cali se juega legal, 
sin pereques ni visajes 
y si se arma una furrusca, relajáte, comé chontaduro.

De occidente a oriente, mar, montaña y valle
empezando en el pacífico, negro, selvático y sensual
con música de marimba, instrumento musical 
ya en la cordillera, india y montaraz
viejos y dulces bambucos, de melancolía sin igual
al final bajamos al valle, fecundo y verde, de vida y solaz.

Aquí reposa Cali, o la sultana como es sabido
es la salsa su himno, del Caribe antillano traído
lo hemos adoptado, con mucho orgullo, como un hijo
para darle al mundo alegrías, gozo y mucho ritmo.

Así como la salsa, el scrabble también tiene su ritmo
Cali se le midió al reto, ser su epicentro efímero
pero vaya empresa, todo un desafío.

Hoy toda Colombia nos clama ser su mejor anfitrión
y así lo haremos, porque es nuestra motivación.

Sean pues bienvenidos a Cali, mis queridos amigos
hagan sonar esas fichas, sáquenles el mejor partido
y sea quien sea el que gane, gócensela, que esto es para vivirlo.

Autor: Daniel Ospina

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